Siete y pico de la tarde. Como cada dos por tres se va la luz. Normalmente salta el generador que hay en la villa, aunque no siempre. Esta es una de las segundas ocasiones. Viene Pedro a ver tu coche nuevo (lo de nuevo es más que nunca un decir). Muy buena compra has hecho, me dice. Él lleva más tiempo aquí, y ya olvidó que ese coche en España te lo venden por 8 o 10 veces menos de lo que he pagado. Tú no te lo quitas de la cabeza. Se va, y te metes en casa a esperar pacientemente que ligen (enciendan) el puto gerador. Sin luz, ni velas (hombre poco prevenido no ve un carajo!!!!), te sales fuera a pasar un poco menos de calor. Te sientas en el bordillo de la carretera sin saber que hacer. Hoy pensabas ducharte y cenar rápido para irte a la cama pronto. Nada de eso puedes hacer. En esas piensas en los millones de personas que en la ciudad se les acaba de ir también la luz. Ellos seguro que no se sienten tan inútiles como tú. La mayoría no tienen un generador a la espera de ser arreglado. Recuerdas como a pesar de eso y otros muchos problemas, nunca ves a nadie quejarse. Su coraje y capacidad de sufrimiento supera todas tus expectativas. Definitivamente están hechos de otra pasta. Vuelves rápido a tu realidad, y decides llamar a tu hermanita aver que tal las notas. Del mal el menos. Aunque siga sin explotar, estas seguro de que algún día será una gran estudiante. Tú también eras un bala perdida a su edad. Como todo sigue igual, decides actuar, te preparas un bocadillo de jamón del que te acaba de llegar, gracias madrecita, a oscuras, y te vas a la piscina a quitarte algo de mierda en su ducha. Allí coincides con Jaime y Guille. Ellos tienen más ganas de cachondeo. Tu no estas pa historias hoy, así que te vuelves a casa, y te vas a la cama. Antes de dormirte vuelve la luz. Al menos mañana podrás ducharte antes de ir a trabajar.
Así transcurrió mi tarde dos días antes de irme de vacaciones. Tras varias semanas de curro hasta arriba e historias varias, necesito más que nunca salir de Luanda por unos días. Aparco la lucha diaria por un tiempo.
Besos para todos.
Así transcurrió mi tarde dos días antes de irme de vacaciones. Tras varias semanas de curro hasta arriba e historias varias, necesito más que nunca salir de Luanda por unos días. Aparco la lucha diaria por un tiempo.
Besos para todos.