Inspirado por la última entrada del blog de mi amigo sevillano-egipcio Guillermo, http://sweetpeseta.blogspot.com/2010/02/los-sabios-locales.html, quería comentaros ciertas peculiaridades en el carácter del angolano:
En un restaurante. Llegas con cuatro o cinco más. Empieza cada uno a pedir lo que le parece. El camarero pondrá cara de que se está enterando, pero como nunca llevan libreta (debe estar prohibida por ley)…pues al minuto te vuelven para preguntar de nuevo…sin libreta claro.
En un restaurante. Llegas con cuatro o cinco más. Empieza cada uno a pedir lo que le parece. El camarero pondrá cara de que se está enterando, pero como nunca llevan libreta (debe estar prohibida por ley)…pues al minuto te vuelven para preguntar de nuevo…sin libreta claro.
En el super. Compras y te vas a hacer cola. Ya puede haber una persona esperando, o tener una fila más grande que la cola del paro, que la actitud de la cajera siempre será la misma. Pasará las cosas una a una como si de cada brazo le colgara una viga de hierro. Nunca veras a un angolano estresado.
En la villa o la oficina. Pasas por al lado de cualquier empleado, jardinero, lavacoches…le saludas y le das los buenos días. La respuesta siempre será la misma “sim, sim…obrigado” (si,si, gracias) con un gesto de reverencia.
En un restaurante. Pides un plato con patas fritas. El camarero te dice que no tiene. OK. De pronto ves que llevan a otra mesa un plato con una carne y patatas fritas. Ahhhh claro….entonces lo llamas de nuevo y le dices que quieres un filete con patatas pero sin el filete. Se te queda mirando como si le hablaras en chino. Se lo explicas y entonces sí, sí que había patas fritas.
O en el mismo sentido. Buenas, que tenéis para petisquar (picar). Tenemos ---- y ----. ¿Nada más? No. Al momento ves otra cosa por ahí en alguna mesa. Oye, no decíais que no teníais nada más. Claro, nada más apara petisquar, eso es para cenar.
Por la noche de fiesta. Vas a cualquier sitio en coche. Cuando aparcas siempre te sale lo que en España (o en Málaga por lo menos) llamamos “un gorrilla”. Le dices que sí, que luego hablamos. Vuelves y el tipo te dice que son “x” Kwanzas. ¿Cómo? Le intentas explicar en tu portuñol, más ñol que portu a esas horas, que él no puede marcar el precio, que le darás lo que a ti te parezca, que el sitio ese es público, etc…. (esta situación puede terminar de muy diferentes maneras, sobre todo dependiendo del grado de alcoholemia que los actores en cuestión lleven).
Mas allá de estos detallitos jaja, el angolano es un tipo calmado, amable, y un poco payasete, vamos que siempre gesticulan y exageran en todas su reacciones. Y la angolana?, pues ellas son muy guapas por lo general, y bastante curvosas, pero hay dos clases diferenciadas. La de clase alta bien posicionada. A esa los blanquitos se la pelan, ella tiene demasiada clase para eso. Y luego la más de la calle o “malucas”. Estas se muestran algo más receptivas. Estas sí que se pirran por los pulas (blancos).
Ondo segi, aio.
1 comentario:
Jaja, muy buena tu entrada! Nos hemos reido mucho leyéndola, sobre todo lo de los empleados diciendo sim sim, obrigado...qué recuerdos!!jeje...qué paciencia tienes que tener! la verdad que después de tu experiencia ahí ya no creo que te estreses con nada...ánimo y a seguir contándonos cositas...Besossss
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