Te levantas a las 6:55. Desde que vuelves a ir en moto le puedes arañar 45 minutos más al día. Desayunas, te duchas y sales de casa. Haces el mismo camino de siempre, pasando entre los coches engarrafados y siendo el único pula (blanco) entre los cientos de motoristas locales. Las calles ya atestadas de peña y el calor empezando a apretar. Con un poco de suerte llegas sin sobresaltos a la oficina, donde normalmente permanecerás hasta la hora de la salida. Sobre las 13 30h bajas a comer la comida que os trae la mujer del chofer, por la que pagas gustoso 1000kz (7€) todos los días. A las 15 30 h normalmente volverás a casa. Aquí en esta ciudad la sensación de cansancio se multiplica por 10, y raro será el día que te apetecerá quedarte por el centro pasando calor. Llegas a casa y saludas a Çao, que a esa hora estará planchando junto a la puerta. Nunca has tenido sirvienta en tu vida, pero te has acostumbrado rápido a no pegar palo en casa. Otros 150$ mensuales muy bien gastados. Descansas un poco, tomas un café, y si es lunes o miércoles te sientas a esperar a que la profesora de portugués llegue tarde. Aprendes un poco y te echas unas risas. Como en otros casos, compruebas como a ti te cuesta un poco más arrancarte con los idiomas (¡¡Paula, no te rías!!). Terminas, y como casi todos los días, decides emplear el tiempo libre echándote un tenis. Aunque normalmente termines perdiendo, ves como cada vez juegas mejor y te pica más el gusanillo. Te vas a casa empapado a pegarte tu 2ª o 3ª ducha del día. Cenas algo que no implique mucho tiempo de preparación, y ves el telediario que te mantiene ligado a lo que pasa en tu país por un rato. Más tarde te visitan de otras casas, o vas tú a la casa de Pedro, o la de Maite, o la de Javi. Charlas un rato de la vida, alguna mención al engarrafamento del día, viajes, fiestas venideras…a esa hora te sientes ya muy cansado y no te apeteces más que irte a sobar. Al día siguiente te espera un nuevo día, y aquí nunca sabes las sorpresas que te deparará. Hasta mañana.
6 comentarios:
Buenísimo José.
Y me ha sorprendido lo que se pueden llegar a parecer nuestras jornadas, por el horario y por el cansancio multiplicado por 10(cosas de la polución).
Un abrazo!
Suscribo a Guille! Yo también siento mi jornada descrita aquí, salvo que no juego al tenis...
Jeje...muy buena la entrada! Nos hemos reido un rato leyéndola y parecía que estuviésemos viviendo todo eso ahí contigo de nuevo. Espero que hayas visto la victoria del Málaga en el telediario de hoy. Salimos del pozo, oeee!! Bueno, a seguir al pie del cañón.Besos y abrazos...
Saludos si es posible a mi ex-"empregada". (Dona Çao). Y como no, un gran saludo para "Vasquinho Sopas".
Me siento identificado...no sé el porqué.
afortunado tú que tienes moto, yo dependía de chófer o mi compañera "joven cooperante" para moverme. Me pregunto si esa "Mayte" es la misma que fue mi compañera de casa esos meses que pasé allí.
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